
Photo by Manuel Schinner
Kelly Arévalo
Toronto, Canadá
El nacimiento de un bebé es una vivencia transformadora, un acontecimiento lleno de sentimientos que conmueve profundamente, es una experiencia única, llena de amor y ternura que reafirma el inseparable vínculo entre la madre y su hija o hijo.
El contacto físico, piel con piel, y el inicio de la lactancia materna son pasos fundamentales en esta primera etapa de vida para un desarrollo sano y seguro del recién nacido junto a su madre y familia.
Pero las alegrías y expectativas que se viven durante el embarazo y la maternidad también se cruzan con muchos temores e incertidumbres, con duras realidades. Cada mujer, cada hogar experimenta condiciones diferentes, y tristemente en muchas ocasiones la magia de la maternidad choca con ansiedades, temores reales por posible pérdida de empleo, inseguridad alimentaria y de vivienda, violencia doméstica, prejuicios, exclusión.
Esas ansiedades e incertidumbres que a muchas madres les toca enfrentar en “tiempos normales”, han aumentado enormemente durante la pandemia del COVID-19.
Los que debutaron como papás o mamás en medio de esta crisis sanitaria mundial, han tenido que adaptarse a los nuevos protocolos y hacer frente a numerosos obstáculos y limitaciones. Familiares y amigos han tenido que esperar un buen tiempo antes de poder conocer y visitar al recién nacido. En hospitales, durante el parto muchas madres no pudieron tener la presencia física y el apoyo de la proximidad de su pareja. Muchas madres y sus recién nacidos contaron únicamente con la compañía de médicos y enfermeras, no tuvieron la experiencia de las visitas de familiares y amigos cercanos, de los abrazos y muestras de felicidad en esos momentos especiales.
Con la pandemia aprendimos a llevar nuestras vidas con normativas y rutinas diferentes, y en nuestras platicas cotidianas comenzamos a usar vocabulario de pandemia, se nos hizo común hablar de distanciamiento social, cuarentena, aislamiento. Sin embargo, una de las que más impacta es la palabra Cuarentenials, un término usado en varios países para referirse a los niños nacidos durante la pandemia, a esas niñas y niños que nacieron marcados por la obligación de vivir en confinamiento, con entornos sociales muy reducidos, y con gran dependencia en los dispositivos digitales de comunicación.
Lorena una amiga salvadoreña que vive en Toronto, tuvo la experiencia de ser madre y tener a su bebé en los tiempos más duros de la pandemia. Ella me cuenta sobre las medidas extremas impuestas en la sala de partos, de sus temores y preocupaciones pues era su primer bebe. Luego le tocó vivir en aislamiento social impuesto por la ciudad, pasando esas primeras semanas de maternidad solo con su bebé y su esposo. Lorena tuvo la suerte de que su madre había viajado de El Salvador para apoyarla unos días y tuvo que extender su estadía por el cierre de aeropuertos.
Lorena, igual que muchas madres, tuvo que trabajar desde casa, y como mamá primeriza ir aprendiendo casi en solitario sobre el cuido del bebé, sobrellevar niveles de ansiedad, y pensar como todo ese ambiente podía afectar el desarrollo de su adorable bebé, Lukas. En ese momento muchos servicios esenciales se vieron afectados, incluyendo el cierre de guarderías, que además es un servicio con un costo muy alto en la provincia de Ontario. A Lorena le correspondió priorizar el cuido y desarrollo de su bebe y eso la llevó a renunciar a su trabajo.
Lukas, un bebé cuarentenial, que a pesar de haber vivido su primer año bajo las medidas de distanciamiento social y confinamiento, es un niño sano y bien desarrollado, siempre con una sonrisa adorable. Ha tenido lactancia materna a libre demanda y ha estado siempre con su mamá las 24 horas del día. Lukas, ha recibido todo el cariño de sus padres, familia y amistades, pero a Lukas como a muchos bebés de la pandemia les tocó desarrollarse sin poder experimentar en plenitud algo fundamental para esta etapa, la interacción social con otros niños y con la comunidad.
Las madres y los padres han usado su imaginación y han puesto las mejores energías para que los niños crezcan alegres y se desarrollen adecuadamente, haciendo uso del juego, la estimulación sensorial y el disfrute de compartir en familia y disfrutar la naturaleza. Ha sido todo un aprendizaje para ir fortaleciendo esos indestructibles y amorosos vínculos madre-hijo.
A medida que aumentan los niveles de vacunación y continúan las medidas de prevención, los riesgos de contagio disminuyen, sin embargo el virus aún sigue siendo una seria amenaza.
Recientemente viví muy de cerca esta dura realidad. Mi hermana, quien vive en El Salvador, se contagió con el COVID-19 dos semanas después de dar a luz a su bebita Emma. Fue una dura noticia que conmocionó a toda la familia, aparte de las preocupaciones y temores, me dio mucho pesar ver a mi hermana, en su primera experiencia de madre, esperando en esas horas de enfermedad ver como se le desarrollaba el virus y no poder quitarse la mascarilla para sonreírle y mimar a su bebé.
Tener la vacunación completa le ayudó a mi hermana a que sus síntomas fueran leves, y la bebé no adquirió el virus. Fue una preocupación tremenda, pero nos ayudó mucho el apoyo emocional entre todos, y seguir las recomendaciones médicas. Esta experiencia sin duda ha impactado la vida de mi hermana, su linda bebé y su familia.
La OMS recomienda que en los casos de sospecha o casos confirmados de madres con COVID-1 no interrumpir la lactancia materna y mantener el contacto piel con piel con recién nacidos. La directora de la Organización Panamericana de la Salud ha informado que las vacunas aprobadas por la OMS son seguras de administrar durante el embarazo, y según estudios preliminares las mujeres que se vacunaron en el periodo del embarazo transmitieron anticuerpos al recién nacido.
Es muy temprano todavía para conocer los impactos, negativos o positivos, y saber cómo van a afectar a los bebés de la pandemia. Lo importante es garantizarles las mejores condiciones y brindarles todo el apoyo y aprecio a las madres y sus bebés en estos tiempos inéditos que nos tocó vivir.
*Kelly Arévalo, Abogada en El Salvador, con maestría en Derecho Internacional de Empresas y Máster Ejecutivo en Big Data. Ex Cónsul General de El Salvador en Toronto. Fundadora de www.revistasersv.com
Artículo publicado en el El Centro Newspaper de Toronto, Canadá. 29 de Octubre de 2021.