Retorno a clases y el efecto YouTuber

Photo by Kelly Sikkema

Kelly Arévalo

Toronto, Canadá

A pesar del consejo de muchos psicólogos y de especialistas en educación de lo inapropiado que es preguntarle a un niño o una niña ¿Qué quieres ser cuando sea grande?, se continúa practicando esta vieja costumbre en actividades escolares, así como también en ambientes familiares y sociales.

Sí es difícil para los jóvenes o adultos decidir sobre la profesión, oficio o carrera que desean elegir para el resto de sus vidas, imaginémonos lo que puede pasar por la cabeza de un preescolar cuando le preguntamos ¿Qué quieres ser cuando sea grande? Es una pregunta mal formulada que más que ayudar a desarrollar inteligencia emocional y habilidades para enfrentar el futuro, se centra en ir eligiendo profesión e imponiendo patrones de conducta a una temprana edad.

Es además una pregunta desatinada en el sentido que el acelerado desarrollo tecnológico, incluyendo los avances en Inteligencia Artificial, y lo cambiante del ambiente laboral, cultural y digital hacen casi imposible prever las nuevas carreras, ocupaciones y oportunidades que existirán en quince o veinte años.

Lo curioso es que hoy en día cuando le preguntan a los niños ¿Qué quieres ser cuando seas grande? muchos responden que quieren ser YouTuber. Es una inesperada respuesta que pone en pánico o en “modo decepción” a muchos padres.

La realidad es que ahora cada vez más niños, niñas y jóvenes ambicionan profesiones, carreras relacionadas con el uso de la tecnología, incluyendo las redes sociales y plataformas digitales de entretenimiento como YouTube que gozan de una alta popularidad y penetración en los hogares.

Esta es una situación que me ha tocado vivir personalmente. Como madre que soy de un niño en edad preescolar me preocupo cuando veo a mi hijo identificado y seguidor de un par de YouTubers. Aunque sé que los videos y contenidos que él ve son principalmente tutoriales y experiencias del videojuego de construcción Minecraft, me preocupa el nivel de influencia que estas “celebridades digitales” están teniendo en mi hijo. ¿Cómo fue que permití a mi hijo caer en esto de los YouTubers a tan temprana edad?

Sin duda la drástica disrupción social y los largos meses de aislamiento provocados por la pandemia del COVID-19 nos hizo a muchos flexibilizar en casa las reglas del uso de los dispositivos móviles y el tiempo en pantalla.

Muchas veces me he sentido frustrada, ha sido una batalla diaria regular y negociar con mi hijo el uso de la Tablet. Con la pandemia como muchos fuimos cediendo, pensamos que para compensar el aislamiento social no nos quedaba otra que ampliar el tiempo para la “entretención y el juego digital”. Ahora veo con preocupación la creciente dependencia y el grado de influencia que los YouTubers puedan tener en mi pequeño hijo.

Muchos niños quieren ser YouTubers porque esos personajes son sus referentes y se identifican con sus comentarios y estilos de vida.

Sin embargo, los niños aún no son capaces de discernir a cabalidad entre realidad y ficción, muchos aún no son capaces de regular sus propias emociones, las empresas digitales saben esto y producen contenidos atractivos para que los niños hagan interminables y adictivos clicks de un video a otro, pasando horas frente a los dispositivos y entrando en frustración o agresividad cuando se les pide dejar la pantalla. Como padres tenemos grandes retos para saber enfrentar esta compleja realidad.  

No es que la batalla esté perdida, en casa hemos hecho lo posible de ofrecerle a nuestro hijo otras oportunidades de entretenimiento, acampar, salir a los parques, experimentar y jugar con plantas y siembra, contar historias, jugar, ver películas juntos, pintar, y muchas cosas más. Además hemos puesto reglas para regular el uso de la Tablet, por ejemplo no se usa a la hora de comidas, se puede encender solamente después de tomar el desayuno, no se lleva a los paseos fuera de casa ni al salir en automóvil, después de una hora de uso hay que hacer un cambio de actividad para descansar la vista y estirar el cuerpo. Estas reglas también nos ayudan en la autodisciplina, es un desafío con el que tenemos que lidiar cada día.

Los niños y niñas necesitan gastar su energía a través de actividad física, ellos aprenden mucho con las herramientas tecnologías pero también necesitan desarrollar su inteligencia emocional, habilidades sociales, el lenguaje y sobre todo echar andar su imaginación, disfrutar de actividades abiertas y el juego simbólico, este último es muy importante ya que favorece el conocimiento y la comprensión del entorno y de la realidad que los niños van adquiriendo a través del juego.

Hay interminables y buenas oportunidades educativas digitales, los dispositivos móviles pueden usarse como valiosas herramientas educativas para acceder y crear contenidos de calidad, apropiados para cada edad. Esto lo comprobamos durante el pasado año escolar que se desarrolló casi en su totalidad de manera virtual. Sin embargo las medidas sociales y sanitarias impuestas por la pandemia interrumpieron los procesos normales de socialización y juego infantil.

En unas semanas finalizan las vacaciones de verano, la mayoría de estudiantes regresarán de manera presencial a sus escuelas y salones de clases. En mi caso mi hijo está emocionadísimo ya que va a volver a encontrarse con sus amigos en primer grado y van a poder correr y jugar juntos en el patio de la escuela. Mi expectativa es que con el retorno a la escuela también baje la dependencia de la Tablet y la influencia de los YouTubers en mi hijo.

Espero que se haga realidad esta expectativa y que los estudiantes aprovechen y disfruten el tan esperado retorno a clases, todavía usando mascarilla y atendiendo los protocolos y medidas biosanitarias para ayudar a evitar futuros brotes o confinamientos por nuevas olas de contagio.

*Kelly Arévalo, Abogada en El Salvador, con maestría en Derecho Internacional de Empresas y Máster Ejecutivo en Big Data. Ex Cónsul General de El Salvador en Toronto. Fundadora de www.revistasersv.com

Artículo publicado en el El Centro Newspaper de Toronto, Canadá. 19 de Agosto de 2021.

El placer y los beneficios de la jardinería

Kelly Arévalo

Toronto, Canadá

Numerosos estudios, incluyendo el realizado por el Agri-Food Analytics Lab de la Universidad de Dalhousie en Halifax, Nueva Escocia, en el atlántico canadiense, han demostrado cómo la pandemia del COVID-19 motivó a muchas personas a iniciar o a retomar la jardinería como una actividad importante y gratificante para sus vidas.

El estudio de Dalhousie indica que en Canadá durante la pandemia, una de cada cinco personas comenzó a sembrar vegetales o alimentos en sus casas y patios. Es una cifra reveladora que refleja el creciente interés en cultivar plantas debido a los múltiples beneficios que ofrece el practicar esta milenaria y amena actividad.

Las primeras olas de la pandemia que nos tocó vivir fueron un tiempo de mucha incertidumbre, comercios cerrados, filas en los supermercados, rumores de escasez de algunos productos, riesgos de contaminación y alza de precios de los alimentos. De acuerdo al estudio de la Universidad de Dalhousie, estas fueron algunas de las razones por las que miles de personas en Canadá se motivaron a iniciarse en la jardinería y comenzaron a cultivar vegetales y hortalizas en patios y balcones.

Para la mayoría de familias latino-canadienses, hablar de jardinería trae gratos recuerdos. En el campo y aún en las grandes ciudades de nuestros países de origen acostumbramos a tener siempre un par de macetas con flores de la zona, si se cuenta con un patio nunca falta un árbol frutal, un árbol de limones, chiles, en fin, siempre nos acompañamos de las plantas.

Confieso que antes de la pandemia del COVID-19 mi experiencia con plantas se limitaba a sembrar y cuidar cactus en pequeñas macetas, y un par de orquídeas que había recibido como regalo. Fue hasta el verano de 2020 cuando comencé a sembrar más plantas, flores y vegetales, poco a poco empecé a descubrir las bondades de la jardinería, ésta se fue convirtiendo en mi terapia para compensar el estrés y el encierro de la pandemia.

Recuerdo leer varios artículos en esos días sobre los beneficios de las plantas para el bienestar emocional y mental, una de las áreas de salud más afectadas por la pandemia.

En mi caso, iniciarme en la jardinería fue también una bendición y una oportunidad para compartir más tiempo con mi hijo de cinco años, quien a pesar de su corta edad conocía y tenía más experiencia que yo en sembrar en macetas y cuidar vegetales como tomates, rábano, espinaca, lechuga, cebollines, además de hierbas como el cilantro, menta, albahaca y otras aromáticas.

La jardinería se puede practicar a cualquier escala, el espacio no es limitante. La ciudad de Toronto ha dado un gran impulso en estos últimos dos años a promover la jardinería urbana, incluyendo la siembra en macetas y recipientes, en balcones y terrazas, no solamente para proveer alimentos saludables y frescos para las familias que los cultivan, sino como una actividad que contribuye a la salud física y mental, así como a crear y fortalecer vínculos de comunidad.

Si deseas ampliar tus habilidades y aumentar la producción, existen otras oportunidades que vale la pena explorar, por ejemplo los jardines comunitarios. Casi siempre hay lista de espera para ser parte de estos proyectos, pero ahora es buen momento de que te anotes y buscar un espacio para la temporada 2022. La jardinería implica también programar y preparar, es un buen ejercicio para enseñar a los niños dos cualidades fundamentales para la vida: responsabilidad y paciencia, además un excelente ejercicio para practicar la atención plena.

Cultivar, disfrutar ver el desarrollo de las plantas mejora el estado de ánimo, dedicarles atención ayuda a desconectarse de preocupaciones. Disfrutar al final de la tarde una infusión aromática hecha de plantas que has cuidado con tus propias manos, relaja el cuerpo y la mente.

Si no has tenido la oportunidad de iniciar tu jardín, todavía estás a tiempo de hacerlo y aprovechar las últimas semanas de verano que nos van quedando. En este tiempo puedes encontrar en los viveros descuentos y muy buenos precios de plantas ornamentales, así como de vegetales que ya están dando frutos y que puedes empezar a disfrutar. Si te animas, ahora es un buen momento para sembrar variedades que maduran rápido como los rábanos, lechuga, cebollines o espinacas.

Un factor importante a considerar al iniciar tu jardín es la cantidad de luz que recibes en el espacio de tu casa donde vas a colocar las plantas. Consulta en internet, hay infinidad de videos y recursos que te guiarán para que tengas éxito con tus plantas.

La grata sensación de prepararte una deliciosa ensalada con vegetales frescos que tú has cultivado es algo que no tiene precio. Está comprobado que practicar la jardinería, disfrutar y admirar las flores y plantas aumenta en nuestros cuerpos la producción de endorfinas, la hormona de la felicidad, igualmente ayuda a mantener balanceada la producción de cortisol, la hormona asociada con el estrés y que en exceso contribuye a la hipertensión, falta de sueño, ansiedad, dolores de cabeza y subida de peso entre otros.

Son innumerables los beneficios asociados con practicar la jardinería, es una forma de estar más cerca de la naturaleza y produce una sensación de bienestar casi inmediata. Admiro mucho a las personas que disfrutan la jardinería, tengo la impresión de que estar más atentos y cerca de los ciclos y ritmos propios de la naturaleza les permite adaptarse mejor y enfrentar con calma y serenidad los tiempos cambiantes e impredecibles que ahora vivimos.

*Kelly Arévalo, Abogada en El Salvador, con maestría en Derecho Internacional de Empresas y Máster Ejecutivo en Big Data. Ex Cónsul General de El Salvador en Toronto. Fundadora de www.revistasersv.com

Solsticio de Verano 2021, luz en tiempos de pandemia

Photo by Frank Marino

Kelly Arévalo

Toronto, Canadá

El domingo 20 de junio Canadá celebró no solamente el Día del Padre, sino también observó una de las fechas más importantes en el hemisferio norte: el Solsticio de Verano.

Con los días más largos y el inicio oficial del verano canadiense, el solsticio 2021 nos trae una luz reconfortante para cargarnos de energía positiva y para acompañarnos en momentos que pareciera ser que comenzamos a ver la luz al final del túnel, luego de sobrevivir por más de un año la pandemia del COVID-19, una de las más terribles que ha conocido la humanidad en épocas recientes.

El fenómeno natural del solsticio de verano ha despertado siempre la curiosidad del humano y se ha celebrado por diferentes culturas desde hace miles de años ese día mágico cuando parece que el sol se ha detenido, o que ha “entrado en quietud”, como bien lo describen sus raíces en latín.

El solsticio de junio es cuando el Polo Norte se encuentra más inclinado hacia el Sol que durante cualquier otra fecha del año, eso hace que recibamos más luz solar y tengamos estos hermosos días largos y noches cortas en Canadá.

El solsticio marca siempre un cambio de estación, en nuestro caso de la primavera al verano, y en este 2021 pudiera ser que también nos esté marcando en Canadá el cierre de una etapa de la pandemia del COVID-19, no precisamente un cambio para pasar al tiempo de post-pandemia, pero sí un transitar hacia una nueva etapa de mayor “normalidad”, en donde la mayoría de personas están vacunadas y además conscientes de la nueva realidad que nos tocará seguir viviendo.

Al momento de escribir este artículo, la provincia de Ontario reportaba su número más bajo de contagios diarios de los últimos nueve meses. 270 nuevas infecciones de COVID-19, una drástica reducción comparada con los cerca de 5 mil casos diarios reportados a mediados de abril de este año.

Hasta esta fecha en Ontario se han aplicado cerca de 12 millones 700 mil vacunas contra el COVID-19, y unos 3 millones de personas de esta provincia han completado su segunda dosis de vacunación.

Son números esperanzadores, ha sido una tarea titánica solo posible de realizar con una infinita dedicación de miles de trabajadores de la salud, personal de apoyo, enfermeras, doctoras, y también miles de voluntarios de muchas comunidades, incluyendo nuestra comunidad latinoamericana – canadiense, que de maneras muy creativas y solidarias lograron activar un plan de vacunación masivo, inédito en la historia canadiense. Vaya hasta todas esas nobles personas nuestro reconocimiento.

El comportamiento humano nunca deja de sorprender, especialmente en situaciones difíciles como la que nos ha tocado vivir con la pandemia. Las expresiones individuales de afecto genuino, las formas naturales de organizarse para proteger al colectivo y responder ante el peligro, son muestras de la dignidad, esperanza y el bien que residen en cada persona. Y esto es precisamente lo que estamos ahora viendo en esta nueva etapa de la pandemia del COVID-19. Es un surgimiento del querer ayudar al prójimo, de asumirse como sujeto activo, responsable, y además parte inalienable de un conglomerado social mayor.

Todas estas buenas acciones, individuales y colectivas, que están surgiendo en tiempos difíciles de pandemia, hay que apoyarlas y multiplicarlas para que sean no solo augurios sino indicadores de tiempos mejores y de cambios reales para nuestras comunidades.

Con la misma intensidad, la pandemia del COVID “quitó el velo” para que muchos pudieran ver de primera mano las desigualdades en las que viven muchas familias en un país tan desarrollado como Canadá.

Las estadísticas mostraron los mayores niveles de contagio en áreas de familias con bajos ingresos económicos. La pandemia mostró al país los abusos laborales y las pésimas condiciones de vivienda para muchos trabajadores agrícolas migrantes. Los trabajadores esenciales no tuvieron acceso al pago de compensación por sus días de enfermedad.

Situaciones como estas tienen que cambiar, y para eso hay que informarnos bien, conocer nuestros derechos, saber a dónde recurrir.

El tiempo especial que vivimos, este solsticio de verano 2021, tiene que ser una luz que nos de mayor fortaleza para continuar enfrentando y superando dificultades y desafíos, especialmente para aquellas familias que les afectó de forma directa la pandemia.

Cuando salgamos de la pandemia y nos pregunten ¿Qué aprendimos, qué enseñanzas nos dejó esta época difícil que nos tocó vivir? Ojalá que podamos decir aprendí a valorar lo esencial e importante para vivir y ser feliz, me enseñó a dejarme sorprender por la perfección y la fragilidad de la naturaleza, a valorar lo que verdaderamente significa amistad, familia, salud. Aprendí que en este caminar por la vida es siempre mejor marchar en comunidad que en solitario. Me enseñó a reflexionar sobre lo breve pero intensas que son nuestras vidas y que vale la pena intentar cada día superarse, caer y levantarse, aprender, reír, adaptarse, llorar, reinventarse, aprendí a ver y a valorar las cosas buenas, las de uno y las de los demás.

Iniciamos con el solsticio tres meses de verano, aprovechemos esta temporada al máximo para recargarnos de energía positiva. Felicitemos a todos los estudiantes que han finalizado su año escolar, fue un año difícil y complicado. También hay que felicitar a los jóvenes, familiares y conocidos, que se han graduado en este verano, hay que motivarlos para que sigan superándose académicamente.

Todos tenemos muchas interrogantes todavía sobre el futuro que nos espera, pero ahora estamos mejor preparados para dar mejores respuestas. Y recordemos siempre mantener las medidas de precaución para evitar o reducir contagios, estar vacunados nos da mayor protección, pero el riesgo siempre existe.

Les deseo a todas y todos que pasen un radiante y excelente verano 2021.

*Kelly Arévalo, Abogada en El Salvador, con maestría en Derecho Internacional de Empresas y Máster Ejecutivo en Big Data. Ex Cónsul General de El Salvador en Toronto. Fundadora de la Revista SerSV

http://www.revistasersv.com

Artículo publicado en el periódico El Centro News de Toronto, 25 de Junio de 2021, Canadá.